Cayendo la tarde, El Eventero llega al Centro Cultural Ciudad Bigotito.
Las inauguraciones del Centro cultural suelen llenarse de garroneros de saladitos y copas de vino; esta vez no hay comida pero asoma por ahí un stand de champagne.
El trabajar en la concepción y organización del evento, soplando hasta la última mariposa, hace verlo con otros ojos, las cosas se sienten más propias, los rincones se conocen desde hace mucho, viven en la virtualidad de muchos archivos de computadora desde hace meses.
El lugar es un desfile de caras, los bigotes revolotean por doquier aprovechando el atardecer donde duermen las mariposas.
Bigote mayor, bigote pedófilo, bigote cultural, secretaria bigotuda de bigote cultural, etcétera etcétera..
......Reencuentro y abrazo con las compañeras caras afeitadas de la alcaldía...
y de repente..
Tienes un nuevo mensaje de "El Municipal":
"Ya estoy acá"
Por suerte puedo contar con mi wing municipal en una noche como esa, siempre es bueno tener a alguien de confianza en las salidas para poder hacer esos comentarios que le gustan a uno y que no deberían pasar de largo nunca.
"Mirá.. ese es Tarretti ! y esa es la mujer de Taretti... es re tucumano el tipo !
"Acá si secuestramos a un par de bigotes pagamos la deuda externa "
Y con el transcurrir de los encuentros y los abrazos esperados se aparecen también los funcionarios, sus mujeres, los investigadores, los importantes, los de relleno, los de la facultad que saludás, los que no saludás... y algunos más.
El Municipal y el eventero aprovechan más y más para chusmear, disfrutan la oportunidad de ver tanta gente rara y atípica.
¿Quién dijo que la gente de plata tiene buen gusto?
En una fiesta el dueño de casa suele quedarse a limpiar y ve cómo se va hasta el último invitado; pero el eventero, luego de despedir al municipal, esgrima las últimas sociales de la tarde noche y se marcha justo en el momento exacto en que el encuentro comienza a decaer.
